Green is cute {Souren}

La muchacha se apoyó en una cerca blanca para observar las flores, tenía sangre en la boca y una ardilla muerta yacía a sus pies, así que toda la escena hablaba por si sola. ''¿Por qué tengo que conformarme con ratas? Muero por un poco de carne real, gritos humanos y romper fuertes huesos'' Se quejaba para sus adentros mientras inflaba las mejillas y las afirmaba con la mano derecha para, luego, dejar caer la cabeza en la cerca. Las flores frente a ella eran rozas blancas que se agitaban con la brisa suave, se les caían los pétalos poco a poco y otras recién florecían, ante la atenta mirada de Gumiko no eran más que pequeñas vidas pasajeras, hermosas si estuvieran marchitas y bañadas en el aroma a muerte y putrefacción.

Aquél día no estaba con la máscara de gas y púas puesta, sus dientes de tiburón relucían por lo blancos en comparación con todo lo 'pulcro' del paisaje, sus ojos se mostraban verdes y normales, no tenía aquél color del alquitrán en el fondo, probablemente porque no tenía sed de sangre ni ganas de matar a alguien. Suspiró entrecerrando los ojos y siguiendo a una mariposa con la mirada, se encontraba simplemente aburrida y algo cansada, como si no tuviese ánimos para nada, aparte de para estar allí, en ese molesto estado de 'muerta viva', sintiendo el cuerpo más pesado de lo normal. Tomó a la mariposa entre sus dedos en un gesto rápido y le sacó las alas, para luego arrojarla a otro lado.

Se estiró completamente, alzando los brazos sobre su cabeza y empezó a avanzar a paso lento por el lugar rodeado de flores y plantas, cuando escuchó unos pasos muy cerca de ella. Medio giró la cabeza y logró vislumbrar a un muchacho de pelo castaño que se dirigía en la dirección contraria, pensando que había encontrado un nuevo juguete comenzó a seguirlo sin hacer ni el menor de los sonidos, pisaba solo la tierra húmeda y avanzaba rápido, hasta que quedó frente a él con media sonrisa algo desquiciada -¿Vienes a entretenerme?- Preguntó ladeando la cabeza en un gesto infantil.

Día sin clases, o lo que era igual a un día en el que no tenía que hacer nada, por lo que tenía mucho tiempo libre que no estaba muy seguro de en que se lo podría gastar. Estaba echado en su habitación ojeando un manga que había encontrado en esta hacía un tiempo que seguramente le perteneció al anterior ocupante del cuarto. Trataba acerca de una loca sádica asesina que solo se movía de aquí para halla buscando a quien poder matar para divertirse y pasar el rato y su típica frase era la de "¿Vienes a entrenerme?" - Vamos... no podría hacer eso para solo para desaburrirme - pensó en voz alta para si mismo y se levantó estirándose dejando el manga sobre la cama. Luego se coloco ropas cómodas y sencillas, una polera, pantalón y zapatos deportivos. Abrió la puerta y salió para ir a caminar un poco y distraerse.

Por alguna extraña razón, el campus se sentía un poco mas vació de lo usual y sobretodo considerando que era un día sin clases, es decir, ¡Sin Clases! ¿donde estaban todos aquellos que se la mantenían afuera holgazaneando y haciendo tonterías? Tal vez ese día todos habían decidido aburrirse dentro de sus habitaciones y los pocos que estaba afuera, que eran casi escasos, no hacían mucha bulla por lo que era en exceso tranquilo ese momento. El castaño no le dio mucha importancia a esto, solo suspiro un poco encogiéndose de hombros y siguió caminando.

No tardó mucho en llegar a lo que eran los jardines y demás áreas verdes que poseía la escuela. El gentil viento sacudía los pétalos de las flores y agitaba las hojas de los árboles en una manera armoniosa. Parecía un lugar de ensueño, parecía el paraíso. Al parecer ese sitio estaba completamente deshabitado en ese instante o eso era lo que el creía. 

Caminando desprevenido por el campo, pronto fue sorprendido por alguien que saltaba al frente suyo haciendo que el castaño diera un paso hacía atrás y se tensara por instinto. Aquellas palabras hicieron que abriera sus ojos como platos y examinándola mejor tenía una sonrisa no muy confiable además de que en su boca tenía un liquido rojo, sangre. "No puede ser", pensó - ¡Una loca salvaje ah aparecido! - exclamó señalando a la loca. Si era exactamente igual al manga, entonces lo que seguía no sería muy agradable. Su rostro poco a poco fue calmando su sorpresa y empezó a sonreír confiado - No estoy seguro de que entiendes por entretener, pero yo no vivo para entretener a la gente - ya presentía lo que seguía. No era precisamente la idea que tenía de deshacerse del aburrimiento, pero no parecía ser que pudiera escapar ahora.